¿Qué es esto que siento?

Escoge 5 emociones de la lista y piensa en cómo puedes reconocerlas:

Aburrimiento, alegría, alivio, amor, angustia, ansiedad, añoranza, apatía, apego, aprensión, armonía, arrojo, asco, asombro, calma, cariño, celos, cólera, compasión, confianza, confusión, congoja, culpa, curiosidad, decepción, depresión, desamparo, desamor, desánimo, desasosiego, desconcierto, desconfianza, desconsuelo, deseo, desesperación, desgana, desidia, desolación, desprecio, dolor, enfado, enojo, entusiasmo, envidia, empatía, espanto, esperanza, estupor, euforia, excitación, éxtasis, fastidio, frustración, fobia, hastío, histeria, horror, hostilidad, humillación, impaciencia, impotencia, indiferencia, indignación, inquietud, insatisfacción, inseguridad, interés, intriga, ira, irritación, júbilo, lujuria, melancolía, mezquindad, miedo, nostalgia, obnubilación, obstinación, odio, omnipotencia, optimismo, paciencia, pánico, pasión, pena, pereza, pesimismo, placer, plenitud, prepotencia, rabia, rebeldía, recelo, rechazo, regocijo, rencor, repudio, resentimiento, resignación, resquemor, satisfacción, seguridad, serenidad, solidaridad, sorpresa, susto, temor, templanza, ternura, terror, timidez, tranquilidad, tristeza, vacío existencial, valentía, vergüenza.

¿Escogiste desasosiego? ¿hastío? ¿repudio?

Lo más probable es que hayas escogido alguna de las 6 emociones básicas:

Alegría, tristeza, miedo, ira, asco, sorpresa.

Hay emociones más fáciles de distinguir que otras ya que la cultura que nos rodea nos enseña a identificarlas de acuerdo con la importancia que se le de a cada una, puede ser por medio de gestos, sonidos, movimientos, etc. Sin embargo, ¿qué pasa cuando se nos inhibe de explorar lo que sentimos? Pongamos un ejemplo, eres un(a) niño/a de nuevo, tu mamá te dio agua en el vaso de cristal donde ella estaba tomando, cuidando que no lo tires, tú lo jalas y se cae, procedes a llorar y tu mamá te dice “ni llores porque te voy a dar una razón para llorar”. ¿Por qué lloraste?

¿Angustia por que sabes que mamá va a regañarte?

¿Ansiedad porque alguien puede lastimarse con el cristal que rompiste y será tu culpa?

¿Cólera porque fallaste demostrándole a mamá que ya puedes usar un vaso de cristal?

¿Desesperación porque tenías mucha sed y no lograste beber?

¿Espanto por el sonido del cristal al romperse?

¿Impotencia por no poder hacer nada por el vaso que ya se rompió?

¿Vergüenza? ¿Culpa? ¿Irritación?

Lo que tú hayas sentido, muy probablemente es diferente a cómo se sintió otra persona en la misma situación. Es por eso, que es muy importante aprender a identificar y nombrar nuestras emociones. ¿Cómo lo hacemos? Desarrollando nuestra auto-conciencia emocional haciéndonos las siguientes preguntas:

¿Cómo estoy actuando?

¿Qué pienso de esta situación?

¿Qué quiero?

¿Qué elementos de la situación me están provocando esta emoción?

¿Qué siento ahora mismo?

Respondamos las preguntas considerando el ejemplo anterior.

¿Cómo estoy actuando? Tengo las extremidades rígidas.

¿Qué pienso de esta situación? Pude haber tomado el vaso con ambas manos para evitar el accidente.

¿Qué quiero? Que no me miren ni me regañen.

¿Qué elementos de la situación me están provocando esta emoción? Las expresiones que hicieron los adultos cuando escucharon el vaso romperse.

¿Qué siento ahora mismo? Culpa.

Hoy es día mundial contra la depresión, una condición que afecta alrededor del 9.2% de personas en México y puede ser letal si no se trata a tiempo. Seguramente hemos escuchado a alguien decir “estoy deprimido” cuando no se siente de ánimos para hacer algo, pero no debemos tomar esa frase a la ligera, debemos analizar lo que realmente sentimos para poder trabajar en ello. Tal vez no estés deprimido, tal vez sientas apatía ya que tus días han caído en una rutina que no te parece atractiva, tal vez sientes frustración por no poder terminar el proyecto que te propusiste, tal vez sea decepción porque algo salió diferente a como lo imaginabas, puede ser tristeza porque extrañas a tu familia, etc. La depresión está acompañada de insomnio, falta de apetito, llanto repentino, apatía, fijación en una sola actividad, dolor en el pecho, etc. No necesitas todos los síntomas, ni únicamente los mencionados, lo que sí debes saber es que no es algo momentáneo, ni de días, es una tristeza profunda de semanas e incluso meses que requiere ayuda profesional.

No es una moda, no es una forma de excusarse, es un tema serio el cual debemos aprender a diferenciar de otros sentimientos aflictivos.

Tomémonos un tiempo para aprender nuevas palabras para describir lo que sentimos, tomémonos el tiempo para identificar cómo reaccionamos ante cada emoción y más que nada, tomémonos el tiempo para sentir.

Todas las emociones son importantes y válidas, sea cual sea la razón por la que te sientas de cierta manera.