Desde sus inicios, el Centro Educativo Ichthus se ha caracterizado por ser único en la realización de sus actividades tanto dentro como fuera de la institución. Es de esperarse que estas actividades vayan cambiando o evolucionando con el paso de los años; hemos visto cambios en las instalaciones, horarios, actividades, personal encargado, etc. Todo siempre pensado en el desarrollo espiritual, académico y emocional de cada uno de nuestros alumnos.
Los últimos años han sido los de mayor cambio entre periodos cortos y es que la pandemia por COVID-19 es un acontecimiento que marcó varios aspectos de nuestra vida. Pero ¿cómo Ichthus se ha ido adaptando a la pandemia? Por órdenes nacionales, a inicios de la pandemia, todos fueron enviados a casa, llevando clases en línea y dando lugar a que las actividades extracurriculares de la escuela pasaran a un segundo plano. Maestros y alumnos hicieron su mejor esfuerzo por adaptarse a la nueva normalidad y continuar con el currículum designado.
Aunque el regreso a las instalaciones era anhelado, las posibilidades se hacían cada vez más nulas con el progreso de la pandemia, es así como se dio paso a la primera etapa de cambio: La modalidad de clases en línea. Esta forma cortaría todo ingreso de alumnos a la institución, haciendo que la toma de clases fuera por medio de un dispositivo electrónico en el lugar donde pudieran llevar a cabo sus estudios, limitando todo contacto con la escuela y actividad presencial en ella.
Pese a las dificultades que esta modalidad representaba, ICHTHUS tenía que buscar la forma de integrar actividades para seguir formando a sus estudiantes, varios eventos como el día de Acción de Gracias, Semana Santa, Festival de Vida y demás no pasaron desapercibidos, pero cambiaron de formato presencial a virtual.
Después de un año escolar completo llevando únicamente ésta forma de convivencia mediante un dispositivo, se presentó la siguiente modalidad para la continuidad de las clases: El formato híbrido. Esto proponía el regreso paulatino de algunos estudiantes a la zona de dormitorios y así, de la propia escuela, después de un año de no haber contacto alguno, esto daba paso a poder recuperar algunas actividades que se hacían antes de la pandemia, pero que también, restringió algunas otras. Primeramente, separando a un grupo de alumnos que se mantendrían en dormitorios y otros continuarían desde su casa, pero, solamente aplicado para bachillerato. Es así como se dieron algunos cambios: El lugar donde se lleva a cabo la “hora búho” (tiempo de estudio por las noches) cambiaría de ser en las aulas al área de cuarto de estudio (ubicado en la zona de dormitorios); el domingo de culto se vería reducido únicamente a los alumnos de internado, dejando fuera el servicio a escuela dominical, alumnos de entrada por salida y padres de familia; así como la limitación de no haber una cooperativa para alumnos, por tanto, el uso de “tilapias”(ex sistema monetario de Ichthus) no continuaría más, pero el principal cambio fue el uso de cubrebocas en todo momento.
Un año de modalidad híbrida permitió que otras actividades pudieran seguir como parte de la tradición ICHTHUS, tales como: Día de Acción de Gracias, Festival de Vida, bautizos, la ceremonia de votos de pureza, etc. Este tiempo fue un buen momento para relacionarse mejor entre los alumnos viviendo en dormitorios, ya que era la primera vez que se conocían o la primera vez que se veían después de un largo periodo de espera.
Al paso del tiempo, las tradiciones y actividades comenzaban a retomarse nuevamente, y con eso, dio inicio la última etapa: Entrada por salida, ahora que los parámetros necesarios para que todos los estudiantes volvieran nuevamente a la institución fueran aprobados se comenzó nuevamente la re-estructuración del alumnado, es decir, el regreso completo de los alumnos de dormitorios y la opción de poder pertenecer a un sistema de entrada y salida. Además de esto, nuevamente se implementaron los talleres, tales como marimba, artes, medios, etc.
A lo largo de la pandemia, se remodeló el área de la cafetería para contar con una sección de lavado de manos, ampliar el espacio para mantener la distancia requerida entre mesas y una sección más para mejor manejo de los alimentos antes, durante y después de su preparación.
Por el momento, las visitas dominicales se han permitido nuevamente dos veces al mes a consecuencia de esto, a lo largo de la semana, se les permite a los alumnos ingresar a sus redes sociales los últimos 20 minutos de la “hora búho” para comunicarse con sus familiares. Ademas, se les comenzó a proporcionar un snack por las noches a los alumnos de internado para saciar antojos que no puedan cumplir a falta de visitas constantes.
Cada cambio dejó algo nuevo y con ello hubieron cosas que se tuvieron que ir modificando, pero sin duda, algo que podemos aprender de esta nueva realidad es que el cambio es algo adaptativo y siempre estamos en movimiento, seguirán habiendo nuevas propuestas con más cosas para el aprovechamiento de cada estudiante, pero por lo pronto, pensamos mantener una constante red de información para todo el público y que puedan volver esas cosas que se habían dejado atrás a través de nuestros medios sociales.
Escrito por: Victor Crespo.